sábado, enero 27

Vida
El vino de mis padres, las carcajadas del destino, las risas de la noche, la música a media luz de la sala, los pies descalzos, los momentos de relajo, la guitarra, el descubrimiento de la inspiración, las callezuelas clandestinas, el pelo ensortijado, el lacio recorrido de tus ojos, el dinero para las celebraciones, las cervezas despues del trabajo, la ocupación favorita en tus manos, la lengua espectante por rozar otra lengua, el lunar que decora tu brazo, los ejercicios, las caminatas por el malecón frente al mar, la bonanza que aflora diariamente, la fe que me envuelve a cada instante...
realmente es maravilloso seguir estando vivo.

lunes, enero 22

Fijo la mirada en el cielo, turbio y acuoso, tu cielo y el mío. El mismo cielo cómplice.
Mi esperanza vuela sobre el horizonte pero las nubes enturbian mi entendimiento.
Las mismas nubes. El mismo horizonte.
Cerca y lejos, lejos y cerca. Acercándonos, enturbiándanos, soñándonos.
Un giro que ni tú ni yo esperábamos.
Años de miradas enfrentadas, al principio.
Años de saludos incompletos más tarde.
Al fin nos encontramos, pero sin acercarnos lo suficiente y acercándonos, sin embargo, más de lo que esperábamos. Más de lo que en nuestra vida soñamos.
Menos de lo que desearíamos sin embargo.
Cerca y lejos.
Nos miramos.
Ni tú y yo dejamos de estar pendiente del otro. En nuestra mirada confluyen las ideas, desordenadas. Vertiginosas. Quizá inoportunas y sin embargo más oportunas que nunca.

Y borras el pasado de un plumazo, como si nunca hubiera existido. Olvido. Olvido todo. Olvido las mentiras, las promesas, las dudas y el dolor. Me convierto en una mujer sin pasado que añora un futuro, incierto.
Y ojalá que llegue. Y ojalá que nos besemos. Por fin. Que los años no hayan pasado en vano.
Y sabemos que llegará, tanto que con miradas, esta vez descaradas, nos alimentamos.

Dejemos de inventarnos excusas. Dejemos de mirarnos.

Sigo mirando al cielo...el tuyo y el mío.

tu boca


Tantas veces imaginé tu boca,
tantas veces probé tu sabor a beso,
aunque sólo imaginado.

Nunca como ahora lo había sentido,
es agridulce como tu,
como el beso
que nunca me has dado.

viernes, enero 19

Para escribir poesía urbana tienes que decir muchas veces asfalto y hacer metáforas grises cemento sobre ataúdes y semáforos. Claro que antes hay que añadir un par de niñas anoréxicas mendigando sueños desde un escaparate lleno de ángulos suicidas. Estudiar y comprender lo siniestro de las calles llenas de colillas y de los cruces pintados (la hierba pintada de gris y blanco siempre se vuelve roja). Hay que observar a esos jóvenes que salen de los portales desnudos de inocencia caminando por la acera con los calcetines puestos. Esos que se clavan inexperiencia en cada paso mientras los hombres de los paraguas esquivan los cristales y los niños juegan con los chicles pisoteados. No debes olvidarte de los taxis y su escuadra de palomas arcoiris que recorre la ciudad presentando su función a voz en grito mientras nosotros, las polillas, giramos en torno al neón.

miércoles, enero 17

Cuando el burro apareció por casa, ya sabíamos que algo extraño pasaría. Nos vio con sus ojos inquietos, movió sus orejas y de inmediato se dirigió donde estaba la chica que hace la limpieza.
- Oh ¡un burro! – dijo Gertrudis sorprendida mientras iba desempolvando los muebles y se cogía los cabellos.

El burro la quedó mirando, vio su minifalda y no perdió tiempo antes de saltar encima…
en el barrio, ya estaba atardeciendo…


...Completa el final de la Historia...

martes, enero 16

Mi claridad.

Aun no entiendo si nunca se fueron, o si están volviendo estas ganas mías. Tampoco me queda claro el por que, cual es mi motivo, por que lo quiero, por que lo comienzo a necesitar. No entiendo si lo que he hecho por despecho, si lo sueño por enfermo, o si en realidad soy uno de los pocos lúcidos de este mundo.

Me queda claro, en cambio, que todo esto da muchísimo placer. Es la previa, es el acto, es el después. Es ser un cazador urbano, listo para ser presa en un abrir y cerrar de ojos. Es ser caníbal en una isla desierta... y de repente encontrar un Naufrago.

... encontré un náufrago. Volveré a hacerlo; eso lo tengo muy claro.

lunes, enero 15

Me duele, más de lo que crees.
Me duele, más de lo que crees, saludarte con un gesto casual.
Me duele, más de lo que crees, darte la espalda, dar la espalda a lo que fue.

Me duele lo que no ocurrió.
Me duele que no te impongas, que no me frenes.
Me duele que no te importe que te ignore.

Me duele que mis ilusiones y mis ojos estén mirando hacia otra parte y tú no hagas nada.


Me duele que no me estalle el corazón. Me duele mirarte a escondidas. Me duele decírtelo de esta forma. Me duele que ya no soy esa niña, esa duende, ni una flor, ni un trozo de pan, ni esa cara de idiota.
Me duele haber perdido, irónicamente, todo en un momento.
Me duele que aparecieras en mi vida hace relativamente NADA y que aún hoy me sigas doliendo.
Que sepas, si pasas por aquí, que tengo que hacer un esfuerzo por no pedirte ese abrazo que nunca me dístes.
Me duele no poder sonreír, no poder llorar cuando te veo. No poder sonreírte ni llorarte. Me duele seguir siendo vulnerable ante tu persona y más me duele la frialdad con la que trato.
IDIOTA.
Me duele seguir viéndote. Me duele tu pelo moreno, y tus ojos de pícaro.
Me duele necesitar escribirlo, necesitar recrearlo.
No soy luchadora ni soy tu camino.
Me duele soñar con un futuro sin tí, me duele recordar un pasado contigo.
¿quién perdió ese tren?
Me duele no saber adivinarte, ni esforzarme en intentarlo.
Me duele no haberte arrancado ese anillo al que dabas vueltas, me duele no haberme impuesto al destino.

Me duele haber sido y ser más ilusa que nunca.

Me duele que esta carta no sea respondida ni siquiera con un correo.

POR SI ACASO TE MARCHABAS YA...





Cuando supe que otra vez íba a volver a verte pensé mucho, y me puse nerviosa, no sabía si íba a poder controlar la situación . Y ese es el problema, que me sé y puedo controlar más de lo que yo misma quisiera, que te enterré como el que entierra las raíces en la tierra. Que no soñé con un encuentro cálido, que no soñé con una charla casual, que no soñé que te empezaras a preocupar por mí, que me preguntaras un día de sol si era feliz, que me prometieras que TODO había pasado, que me cogieras la mano y me dijeras, aquí estoy, no he estado pero aquí estoy, y no voy a volverte a dejar sóla, que voy a estar ahí, que todo sigue bien...
I`M ONLY HAPPY IN THE SUN.

Me pregunto qué extraño mecanismo mental me hace volver a reproducir una y otra vez una canción pasada y escribir esta parrafada en un blog colectivo de relatos...

Muy mal, en este tiempo tú has sido y fuístes lo de menos, en este tiempo tuve que luchar con uñas y dientes por no arrojarme al vacío. Por no tirarme por un balcón un día de lágrimas. Quizás pienses que exagero, pero no, ojalá, ojalá todo hubiera sido una fábula.

Por eso debes comprender que me tengo que proteger. Que no puede ser de otra forma, que pensar que, quizás, no existe mañana, te hace, quieras o no quieras, de hierro y de goma. Más frágil y más fuerte, diferente.

Mientras...algunas noches sueño contigo. Y me duele.

viernes, enero 12

Se extrañan los rostros, se extrañan las palabras, se extraña aquel aire cansado que cruza todas las tardes por nuestro cerebro cuando la inspiración se sienta a tu mesa y te va explicando cada palabra que vas poniendo en el espacio en blanco, se extrañan los besos y aquellas melodías desatadas que vibran en las fibras del corazón a cada segundo, se extraña la nostalgia y las conmemoraciones cansadas de algún tiempo que fue mejor y que se desea que regrese para siempre, se extraña el olvido y las huecas formas que permiten olvidar lo inexplicable, se extraña el amor, pero tambien se extraña el olvido, se extraña volver a caminar por las mismas calles y las letras que plazman lo vivido. Se extraña refugiarse en la soledad... pero más que nada se extraña ser uno mismo cuando el tiempo ya se fue de uno.
Joan manuel

lunes, enero 8

Ups... !! creo que lo volvi hacer,
creo que volvi a seducirte...
y que más da si me encanta verte sonreir,
que te sientas presionado por mi boca,
y que no puedas mirarme fijo a los ojos.
Si,
lo hice de nuevo,
te sonrojas cuando te toco,
y te sientes incomodo cuando mi mano pasa por tu pierna.
Me encanta sentir tu respiración agitada.
Si, lo logre nuevamente...
Te tengo junto a mi,
y una vez más te volveré a amar.