jueves, diciembre 18

A...


- A la señora de la movilidad que hizo esperar a los otros niños y vino a buscarme para que no pierda el nido mientras yo me escondía debajo de mi cama para no salir.

- Al chino de mi colegio que me lanzó un pincel en la cara y me ayudó a reaccionar en plena clase de razonamiento matemático, tirándole un puñete luego y siendo amonestado junto a él, que quedó con la cara morada en la sub dirección.

- A mi amigo de cole que decía que debajo de su cama había una estación intergaláctica.

- A mi vecina, que fue mi pareja de promoción y con quien viví los más lindos momentos de la infancia, de patio a patio, hablando, escuchando “el show de los ositos” y soñando estar juntos para siempre aunque terminara el colegio y unos años después ella fuera a estados unidos.

- A la chica que no quiso bailar conmigo en "la noche de barranco", a quien le hice un cuento y lo publiqué.

- A las piernas más hermosas que vi en el gimnasio de mi club, a mis amigos y amigas allí, a las palomilladas en el sótano, a los besos robados a las chicas en el ascensor, a la mujer que me inspiró a escribirle un cuento que se convirtió en novela.

- A los fruteros, rateros y verduleros que conocí cuando acompañaba a mi abuela a su bodega todas las mañanas y abríamos la puerta de rejas y ella los espantaba.

- Al maldito que un día nos preguntó a mis amigos y a mí, cuando teníamos 12 años, donde quedaba la huaca y de inmediato sacó un cuchillo y le robó el reloj a mi amigo.

- Al taxista que no me dejo salir del auto hasta que le pagara toda su carrera y me pidió el D.N.I para que pueda ir a mi casa a sacar la plata.

- Al pendejo que me encontró en la calle y me dijo que hiciera un casting diciéndome que sería protagonista de una miniserie y que al final lo que deseaba era “que le de” y yo le metí una patada en los huérfanos.

- Al viejo patán, Ex Director creativo General de una ex agencia de publicidad que en el momento de la entrevista despreció una campaña que hice de estudiante y me dijo que me dedicara a “hacer cuentitos”.

- A la primera enamorada que tuve que me quiso mucho y con quien tuve el beso más largo de la historia en la fogata de uno de los campamentos a los que fuimos.

- Al escritor peruano famoso que llegó de España y un día me firmó una dedicatoria en un libro suyo pirata.

- A la chica flaca y linda que se dejó dar un beso y recitar una poesía en el parque Olivar, quien me acompañó de enamorada 4 años preciosos de mi vida.

- A la hija de puta de la vecina que construyó al costado de mi cuarto su cocina y todas las mañanas se ponía a preparar su comida hasta que le mande serenazgo.

- A la flaca que en una fiesta se me pegaba mucho, me gustó y luego susurró en mi oído “valgo 80 soles, el cuarto es aparte”.

- Al viejo indignado que me persiguió con pistola acusándome de “aprovechador” de su hija (que no tenía nada de santa) cuando yo aún era un adolescente y estaba con el pantalón caído a la mitad de la rodilla corriendo hacia la avenida Brasil.

- A la carpa que se destruyó y nos tuvo durmiendo adentro como si fuera una sábana por cuatro días en la arena.

- A la idiota que conocí una noche y desde ese día se conectaba para ponerme sus fotos calata por Internet y nunca dio la cara.

- A los señores que hacen malos comerciales y que me hacen renegar siempre que prendo la tele y veo alguno.

- Al director creativo de una agencia a quien le di con entusiasmo mi primer libro de cuentos que escribí y lo lanzó en su escritorio y me habló de otro tema.

- A la chica que me amo cuatro años y que luego me dijo que me dejaba por otra mujer y se volvió cocainómana.

- A la flaca punk que se pintaba la cara, que gracias a su cadena me salvó de morir en la madrugada allá por el centro de Lima cuando cuatro tipos se me acercaron con armas a destruirme.

- Al gordito, a quien después de hacerle el trámite a su mamá para su D.N.I. (allá en la oficina de Reniec de surco) me llevó a su carro y me invitó por gratitud una kola inglesa con su galleta Doré.

- Al piso 8 de la reniec, donde había un descampado de cosas viejas y donde uno podía pasar las horas sin trabajar para luego largarse a caminar al mercado central.

- A la china asesina que nos vendía chifa a la vuelta del barrio chino y que luego salió en un reportaje de canal 2 como la dueña del chifa más cochino de la zona.

- A la perra braco que un día me mordió en la pierna antes de que yo empiece a correr.

- Al pendejo que me pidió prestado el casette de arjona y nunca me lo devolvió.

- A los costureros de jirón amazonas que me ayudaron haciendo maletines que luego los vendía en el gimnasio para recursearme cuando estaba misio y sin chamba.

- Al casino que me dio trabajo disfrazado dentro de un muñeco 6 años de mi vida, haciendo reír a la gente y ganando mis fréjoles de esa manera.

- A mis patas de los primeros ciclos de la universidad con quienes íbamos al taco y luego a bailar a las discotecas de día para caer después a dar exámenes en la facultad.

- A mis cinco amigos, tres chicas y dos amigos, con quienes viajamos a arequipa y vivimos los más increíbles momentos en nuestro propio depa.

- A la escuela de teatro en barranco donde viví los extremos, vi a varios amigos cruzar la línea y aprendí a ser más despierto y pendejo.

- A los canallas y desalmados compañeros del archivo de Jesús maría con quienes diariamente tenía que pelearme el puesto de trabajo, porque el que se callaba perdía y lo botaban.

- A los patas que junto a mi transcribían partidas de nacimiento en el sótano del municipio de Lince, con nuestras mascarillas y guantes y el famoso jabón neco, con los cuales a las 11 a.m. salíamos a tomar leche fresca para no contaminarnos.

- A Javier, antes que nada ¡gran persona! que creyó en mí y me puso en las filas de su equipo creativo en JWT por 1 año entero, pude hacer un par de comerciales y quedar finalista en un concurso internacional.

- Al desubicado personaje que un día me dijo que no podía seguir trabajando porque mi sueldo se lo darían a otro.

- A mis amigos de la escuela de creativos Brother, con quienes descubrí la base para hacer buenas ideas y con quienes seguimos viéndonos sin aburrirnos.

- A los chicos de la escuela de escritores de la católica con quienes nos criticábamos los cuentos a morir todos los sábados en los talleres de Ivan Thays y Alonso Cueto.

- Al maldito cabeza de falo que decía que mis cuentos tenían tendencia sexuales.

- Al idiota ex amigo de infancia que cuando lo vi de grande no me reconoció y hoy trabaja en la misma carrera que yo.

- A mi amiga Polly que más que mi jefa es mi amiga.

- Al estúpido retaco de la bodega que un día que estaba sin dinero no me quiso fiar y desde ahí nunca entro.

- A la chica preciosa del gimnasio que un día dejó de escuchar música en su Ipod para hablar conmigo mientras hacía ejercicios.

- A los ojos más hermosos del mundo que un día los vi y descubrí que existe la belleza.

A todos… les agradezco muchísimo, porque con las cosas buenas o malas que me hicieron pasar, me ayudaron a ser lo que soy ahora…una persona agradecida de la vida


(Y eso que aún me falta mencionar algunos casos más).

Señores, muchas gracias por todo.
Joan Manuel Flórez Estrada