A VECES PASA...



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“A veces pasa” . Esas fueron las únicas palabras que escuché. Nada más. Después de eso, sólo silencio…

Cuando por fin conseguí alzar la vista, cuando pude sobreponerme a las lágrimas y el dolor, afronté tu mirada y , suplicante pero sin palabras, buscaba una explicación, un por qué.

“No te preocupes, encontrarás a la persona que te mereces”. De nuevo palabras distantes.
¿Qué sabrás tú qué es lo que merezco!? Quizá mi corazón fuese feliz junto a ti, quizá no quisiera nada más.

Sin más, sin un gesto, sin una caricia, volviste sobre tus pasos dejándome atrás con mi dolor, con mi desconcierto, envuelta en un mar de dudas.

Miles de preguntas sin respuesta vagaban por mi cabeza. Alrededor , multitud de gente ajena a mi dolor.
Miro a mis pies, quiero comprobar que los pedazos de mi corazón no han caído al suelo. Tus palabras lo han hecho trizas.
Ahora tengo que andar con cuidado, más que nunca, tengo que prestarle atención para evitar perder alguno de sus trocitos.

Porque aún confío en que alguien lo pueda querer, porque sé que es un corazón bonito, porque sé que aunque tenga cicatrices y costuras, aún es capaz de amar, de enamorar.

Porque “a veces pasa” que, aunque por fuera no sea hermoso, dentro esconde un paraíso por descubrir.