miércoles, abril 19

la casa

El taxi lo dejó en la puerta número seis de la calle de los Olivares. Con porte seguro, como si protagonizara un serial americano rodado en California, con una generosa propina y una amplia sonrisa, se despidió del chofer. Antes de abrir la puerta que da acceso al jardín, hizo una rápida mirada a la fachada que tenía delante y se peinó con una mano. Le habían llamado desde la agencia. Habían conseguido que alguien se interesara por la casa y deseaba acabar cuanto antes, venderla y olvidarse para siempre, aunque sabía que eso no iba a ser tan fácil. Sabía que era imposible. Sin dilación, entró veloz, decidido. Sin querer entretenerse más de lo necesario en el repaso de la casa, fue pasando por cada una de las piezas repasándolas superficialmente, sin detenerse apenas en cada una de ellas. Primero las de la planta baja y después las de la primera. Mientras subía al piso de arriba empezó a notar que el corazón se le aceleraba. Revisó muy someramente el baño y el cuarto que hacía de estudio, pero al llegar al dormitorio de matrimonio se detuvo. No quería verlo, no quería entrar. Toda la seguridad que mostró desde que se había levantado esa mañana se le vino abajo y, en contra de su voluntad, entró. No miró, se fue directamente a la cristalera de enfrente. El viento hacía silbar las juntas de las ventanas, desde donde veía como levantaba las hojas de los plátanos, que iban a parar a la piscina vacía del jardín. El césped seco que la rodeaba le hizo recordar la primera vez que se tumbó desnudo y mojado después de bañarse con Sara. Ella seguía en el agua, con su larga melena negra tirada hacia atrás. Él observaba la gracia de sus movimientos y se le erizaban los pelos del amor que sentía por ella.

"Estarás mejor sin mi. No soy la persona que más te conviene en estos momentos."

Ese gastado pretexto, aun el tiempo que había pasado, le encendía la sangre. Y sin embargo la seguía queriendo. Apenado, se alejó de la ventana roída por las termitas y se detuvo en la parte de la pared donde había estado colgada una foto en la que aparecían los dos sonrientes. La foto la había hecho Luisa, la amiga común que los presentó. Arrancó un trozo de pintura de la desconchada pared e, impotente, pensaba como ese vacío dormitorio, y la totalidad de la casa medio en ruinas, se había convertido en la triste metáfora de su vida. Su vida sin Sara.

Se dirigió hacia las escaleras que conducían a la cocina, en el piso de abajo. Ausente, iba avanzando sin poder aguantar un llanto amargo que le provocó el recuerdo de la fotografía. Volvió a ver a Sara sentada en la gran mesa de la cocina mientras él preparaba el sofrito de la pasta que iban a cenar la primera noche que se quedaron solos en la casa. Ella no debía estar allí. Tenía que estar arriba, en la habitación, tal como habían acordado, leyendo o durmiendo mientras él hacía la cena, y sería él quien la avisaría cuando estuviese lista. Lo tenía todo pensado y Sara se lo estaba desbaratando. Ella no debía estar allí. Incluso él había llevado su ropa al lavabo de abajo sin que ella lo supiera. Quería llenar el suelo de la casa de velas, desde la puerta de la habitación hasta la mesa del comedor. Había comprado cien y las quería encender todas. Y ahora ella estaba en la cocina y él hecho un manojo de nervios, que gracias a cocinar la pasta los podía disimular. Finalmente, al dejar el sofrito hacerse a fuego lento, logró convencerla para que subiera a ducharse y a prepararse para la cena. El mejor recuerdo que tiene de esa noche es la cara de emoción que puso Sara al salir del dormitorio y ver toda la casa iluminada por la luz de las velas. Y ahora, al pasar junto a ella mientras cruzaba la pieza apesadumbradamente, la mesa de la cocina sólo le ofrecía un dedo de polvo.

Antes de salir observó las bisagras rotas y oxidadas del armario que tantas veces había abierto para coger el cacao instantáneo, y que no permitían que cerrase bien. Las lágrimas acudieron nuevamente a sus ojos y, quieto, apoyado en el quicio de la puerta, lloró desconsolado.

"Estarás mejor sin mi. No soy la persona que más te conviene en estos momentos."

En esa misma posición escuchó hace dos años esas malditas palabras, pero aquella vez no lloró. Ni siquiera podía pensar, aunque sí notó que le fallaban las piernas, y ayudándose de la espalda, se deslizó por el marco y se sentó en el suelo con la rodillas a la altura del pecho incapaz de emitir ni una sola palabra. La oyó irse, dejando la puerta de la entrada abierta.

Desde entonces no había vuelto a la casa. Ni siquiera tuvo el valor de recoger sus propias cosas. Otros lo hicieron por él.

Habían pasado casi dos años y la degradación de la casa había sido proporcional a la falta de ilusión que sentía por las cosas. Iba a ser la casa que compartiría con Sara, donde tantas veces soñó que allí formarían una familia, donde un gran perro lo recibiría cada vez que llegara de trabajar. De donde saldrían cada mañana, Sara y él, para llevar a sus hijos a la escuela. Donde recibiría a sus amigos los sábados por la noche para invitarlos a cenar alguno de sus platos que tanto le gustaba cocinar, como los muslos de pato con calabacín y puré de castaña, o los domingos por la tarde, para hacer el café y después ver el partido, mientras las mujeres hacían su partidita de cartas y los niños jugaban en el jardín o en el piso de arriba, donde se instalarían sus padres cuando vinieran a verlos y recordarían las trastadas que hacía de pequeño en esa misma casa. Donde sus hijos iban a traer a sus amigos para hacer sus fiestas aprovechando las ausencias de sus padres, y a sus novios o novias, y quién sabe si para prepararles una cena a la luz de las velas… la casa donde moriría, donde, de hecho, había muerto hacía casi dos años. Un sabor ácido que le subió a la boca lo sacudió de su ensimismamiento, y una leve sensación de mareo le obligó a salir fuera de la casa, a respirar aire limpio.

Caminó por el jardín y al pie de la piscina telefoneó a un taxi para que lo viniera a recoger. Se paró delante, lo miró un buen rato, y arrancó el cartel de “SE VENDE” clavado en la hierba. Lo arrojó allí mismo boca abajo. Se sentó en el escalón de la puerta de acceso al jardín, encendió un cigarrillo y, mientras esperaba el coche que lo llevaría de vuelta a la ciudad, observó, al fondo de la calle y en la otra acera, como un hombre recogía su correo antes de entrar a su casa. Un instante después vio como el mismo hombre se dirigía furioso al cubo de la basura de la calle, levantaba la tapa con rabia y lanzaba dentro unos papeles rotos. El viento ayudó a que algunos de aquellos papeles salieran volando y recorrieran la acera en dirección hacia él. Cogió uno al vuelo distraídamente y pudo leer, escrito a mano y de forma fragmentada:

sin mi. No soy la persona que más te conviene en est

20 Comentarios:

Blogger bettyylavida dice...

Qué barbaridad...me has dejado impresionada, mr, sin bromas, te hablo en serio, eres un escritor excepcional, las descripciones son impresionantes, las sensaciones que transmites son muy, muy cercanas. Y sí, conoces a alguien y te montas tu castillito de ilusiones y sueños, y un buen día todo se acabo y sólo quedan las migajas.

Me voy a tomar un colacao pero ya...(y ahora viene un smiley de esos con guiño,ya sabes ;), así,no?)
muchos besos cielo

2:49 p. m.  
Blogger Alumnedelmon dice...

Nen... no sé. No me creo que no te dediques a escribir. tus descripciones son tan reales que mientras leo tu post lo veo en cinemascope. Y los sentimientos están tan bien reflejados que tus palabras se han erizado junto con los pelos de mis brazos.

Qué duro es lo que cuentas, qué genial ver que hasta los momentos más bellos de nuestras vidas luego pueden tornarse en ácido para nuestra alma. Bueno, que me pongo poéticopatético, ya paro.

Plas, plas (palmadas en la espalda)
Hackman, eres un crack.

4:30 p. m.  
Blogger hack de man dice...

Aquí no puedo poner el smiley que hay en el mess y que es una cara sonrojada con expresión tímida... pues eso... pondré esta :-$ de confundido y temblando por vuestros comentarios, betty y zeta... pero no os flipéis con lo d escritor excepcional, betty, y que no te crees que no me dedique a escribir, zeta... jajaja... (es una sonrisa del nerviosismo de la vergüenza q m da).

Me gusta escribir, zeta, pero no me dedico a ello... ojalá, pero, a día d hoy, no tengo la 'disciplina' que se requiere... o que todavía no me creo que lo pueda hacer bien...

Seguramente ya os lo he dicho alguna vez. Aunque m dé mucho corte leer vuestros comentarios, me gusta mucho. Gracias!

Besos!

H.
PD (para betty): sí que es chungo que se t desmonte el castillito. Es lo peor sufrir por el desamor.
PD (para zeta): por mi, te puedes poner lo poéticopatético que quieras.

8:59 p. m.  
Blogger gianis dice...

wow, ella era bígama, no?

10:51 p. m.  
Blogger hack de man dice...

Yo tampoco sé que decir eva para agradecerte tu comentario... Gracias!

No sé si era bígama, gianis. La relación la dejaron dos años atrás. Igual se lió con el vecino y lo ha dejado de la misma forma que al prota, o es otra persona diferente que ha dejado al vecino con el mismo pretexto que sara.

Que os vaya bien!

H.

10:37 a. m.  
Blogger Ysbrand dice...

Hackman, tio. Mira, suscribo lo que ya han dicho. ES QUE ES IMPOSIBLE QUE NO TE DEDIQUES A ESCRIBIR.
Pero ya se que no. Ay! Me encanta la historia. La puedo notar con los cinco sentidos.Uau!

Hace unos meses volví a la casa en la que viví desde los 13 a los 16 años. Y cada cajón, cada esquina, cada baldosa del baño me traía un aluvión de recuerdos vívidos, algunos dolorosos, otros mágicos, que me derrumbé ahí mismo como pocas veces me ha pasado.
Cómo los objetos pueden tener esa propiedad de absorber momentos, de producir anclajes...
Tu historia me ha recordado a ese momento. Volver a las casas de "antes" es hacer un viaje físico en el tiempo.
Besos y sigue así, tio.

1:16 p. m.  
Blogger Unknown dice...

SENCILLAMENTE GENIAL.
¿ SEGURO NO ERES PROFESIONAL ?

SALUDOS CORDIALES

ADALBERTO

8:57 a. m.  
Blogger hack de man dice...

Ysbrand... lo mismo que les he dicho a los otros... :-$ Agradecido... Y sí, nos debemos resignar a los caprichos de los recuerdos y las sensaciones que nos producen... pero al menos, sentimos... (pobre consuelo para cuando lo estás pasando mal, pero...)

Besos, y gracias por los ánimos... ;-)

Hola Adalberto. Te respondo del mismo modo que le comentaba a zmt81. Me gustaría dedicarme a la escritura... pero bueno, nunca se sabe... la ilusión está...

Gracias y un abrazo!

H.

9:45 a. m.  
Blogger wakarimasen dice...

bueno si no escribes todavia como profesion piensatelo ;) pa los guiris como yo un texto tan rico como uso de cierta terminologia me ayuda mucho a aprender mas y a gozar de la letctura.

Saludos

10:54 a. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Ya te lo dije...tienes la sensibilidad para "meterte" en la piel del otr@ y el "savoir faire" para transmitirnoslo a los demás. Confía más en ti mismo, trabaja duro y...en el próximo St. Jordi te veo dedicándome tu libro. Recuerda que soy algo brujita ;-)

11:11 a. m.  
Blogger GLAUKA dice...

Me has llenado los ojos de lágrimas ... me suena demasiado esa situación, pero aún peor: vivo en la casa, esperando venderla. El escaso tiempo que transcurre allí lo paso encerrada en un único cuarto al que he cambiado hasta las cortinas, pero he pasado eso de mirar una foto, y sigo deseando cambiar de escenario, porque esa casa ya no tiene mi futuro dentro, se lo ha cargado una frase aún más brutal que esa tan manida y utilizada, yu no por ello, menos dolorosa.
El mostrarla como algo ajeno sigue siendo terriblemente duro.
Pero como intento ser positiva a pesar de todo, quiero pensar que si es frecuente, si no es raro lo que me pasa, no estoy sola, muchos entienden lo que me pasa, asique ...¡aplícate el cuento! Hoy alguien más ha compartido ese sentir tuyo tan difícil de compartir.

12:44 p. m.  
Blogger El Bosco dice...

Me encantó a mí también. Pero cuánta verdad en tus palabras y cuánta tristeza.

1:00 p. m.  
Blogger bettyylavida dice...

pues eso sólo es capaz de hacerlo un buen escritor manuelita (me reitero!), transmitir esa tristeza, transmitir esa realidad...

y, mr! que digo yo, que, a lo mejor tendrías que ir pasando los kleenex, no? ;),jajaja


y mr, que digo yo que te hará falta sol, aire, tranquilidad, espacio, en fin...para pensártelo con tranquilidad..pues eso, que a ver si te pillas unas vacaciones,no?

6:49 p. m.  
Blogger hack de man dice...

Bueeeno... ya sé que me repito más que el ajo, pero... GRACIAS a todos, todas!! Totus Tuus

H.
PD: tanto te pone el relato, betty... ;-) y m gustaría estar todo el año... toda la vida de vacaciones... :-(

4:55 p. m.  
Blogger bettyylavida dice...

jajaja,yo, si pudiera, ahora mismo me iba a china, jajaja, pero vaya, me conformaré con hacer turismo por aquí los dos días que tengo libres, aire, aire.....y lluvia, y sol, y cerveza, y risas y lagrimas, me da igual...

pd. jajaja, lo pillas tó, eh? no se te escapa una, joder...

1:32 a. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Impresionante y viva, la estructura es totalmente cinematográfica y dinámica. Genial relato, ya te digo, impresionante, hace sentir la historia como si me estuviera pasando a mi ahora, aquí.

Felicidades.

1:10 a. m.  
Anonymous Anónimo dice...

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7:27 a. m.  
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