jueves, agosto 9

CONVERSACIONES EN EL SAUNA



- ¿Y viste otro? – dijo don de Felipe reposando en la banqueta larga de madera.
- No, creo que hace unos meses ya no vienen tantos.
- ¿Y tú como sabes? – dijo el moreno, que relajaba una tremanda barriga entre sus piernas tapadas por el bramante.
- Es que ya no me están viendo el empaque.

El grupo rió y don Felipe dijo:

- Ahora venir al sauna es un problema, hay que estar atento, antes era normal, pero desde que existe este gimnasio y el metrosexualismo…
- Se vienen todos los chuecos para verle la rodilla a los hombres
- Si, todo el rodillón – dije, y me reí.

El moreno de la panza enorme sonrió un momento, tomó su cebada helada y dijo:

- Hablando de chuecos – y señaló a la cámara seca – creo que el gringuito que acaba de entrar con su toalla te estaba mirando el paquete.
- Si – dijo otro señor que se relajaba a un lado – además me parece raro que entrara a la cámara acompañado de su amigo.
- Un poco torcidos…
- Aja, y por ahí lanzo un par de miradas a este grupo – dijo don Felipe

Hubo una gran risa del grupo.

- Creo que al que miraba era a ti -dije mirando al gordo moreno - no pasas desaparcibido.
- Puede ser – dijo don Felipe – pero la cosa es que hay que tener cuidado.

Los días en el sauna eran siempre iguales, pasar por la eterna rutina masoquista y deliciosa de ver como tu cuerpo sudaba cada vez que ingresabas por unos cuantos minutos a la cámara seca, la húmeda y luego a la ducha española con agua helada para despertar del relajado proceso. Algunas mañanas había poca gente, y era allí que aparecían entre la bruma de la cámara de vapor algún infiltrado con tendecias feminas que llegaba con otras intensiones y reposaba desnudo mientras te decía algo con voz fingida. En esos casos lo recomendable era salir y esperar junto a algún conocido a que se retirara. Antes era común, pero aún seguía la costumbre en algunas saunas conocidas de la ciudad.

- Bueno - dije después de unos minutos de escuchar las especulaciones – creo que ya esperé y me estoy enfriando, así que me meto a la cámara seca.
- Yo te recomendaría que no – dijo el moreno.
- No te preocupes – reí – felizmente está vacía la cámara y en mi no se estan fijando.

Me levanté de aquel lugar, cogí mi toalla e ingresé a la cámara seca. No había nadie allí y el calor en exceso del cubículo me hacía sentir mejor. Era normal que uno se sienta así cuando sabe que es por su bien, o por placer. El sudor sale y tu mente se despeja.

Además de que esa noche el lugar era para mi, vacío y las piedras secas me incentibaron a la introspección.

Pronto escuché un diálogo en la cámara de al lado y me desconcentré de mi propio silencio:

- ¿Creo que ese tio es raro no?
- Bueno – dijo otra voz - hace rato me mira, por eso me moví de sitio.
- Si, últimamente abundan muchos raros por acá.
- Ya me estoy dando cuenta.

La conversación continuó y no me distrage. Y al salir de la cámara vi que los que hablaban eran los chicos que habían entrado y que uno de ellos era el gringo al cual acusaban hacía un rato de raro.

Lo vi, muy masculino, opinando sobre la preferencia sexual torcida de los señores y sonreí. Luego me fui a duchar y a afeitarme un rato pensando en mis cosas. Y una vez caminé al camerino, escuché que alguien cantaba adentro de las cámaras. Me extraño eso y un señor que salió me dijo.

- Me parece que el moreno panzón se emocionó con los muchachos que estan adentro, y hasta les canta.
- ¿les canta? – le dije.
- Asi es. Parece que en verdad es medio medio…

Moví la cabeza mostrando extrañeza, sonreí y salí de aquel lugar.

Y claro, en el camino recordé que uno nunca sabe para quien trabaja, todos creen que todos son lo que uno piensa y al final nadie es, salvo algunos casos, y de esos hay que estar atento porque nunca se descubre cuando estan. Es decir, siempre hay un roto para un descocido.

Pero, creo que por hoy es suficiente y mejor me voy de esta sauna.

Por ahí, deben existir muchas otras historias contradictorias para seguir contando.

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2 Comentarios:

Blogger El Bosco dice...

Estupenda y divertida la historia de esta sauna. Las conversaciones son un motivo más para relajarse.
Abrazos

9:36 a. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Pues muy original y simpática la historia, muy buena.

9:16 p. m.  

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