Él pasó por la acera contraria, mientras que ella se ajustaba el pañuelo naranja, por un momento deseó que alzara la cabeza y le mirara, pues eso era de lo único que se alimentaría, de sus ojos. Todo estaba perdido.
No era el momento ni el lugar. Quizás un día esa mirada se cruce con la suya, pero será cuando todo sea perfecto, cuando llegue ese segundo mágico... Un saludo
Eso creo yo: que no era el momento. Pero nada se pierde cuando dos miradas no se cruzan, o, por lo menos, lo mismo que se gana. Un abrazo fuerte Carmen
7 Comentarios:
Empero entendió -para la próxima vez que le viera- que quizás había deseado su mirada con algo de dudas y por eso, no fue vista...
besos,
Isaac
No era el momento ni el lugar. Quizás un día esa mirada se cruce con la suya, pero será cuando todo sea perfecto, cuando llegue ese segundo mágico...
Un saludo
k intenso
Eso creo yo: que no era el momento. Pero nada se pierde cuando dos miradas no se cruzan, o, por lo menos, lo mismo que se gana.
Un abrazo fuerte Carmen
¿QUÉ QUIERES QUE DESCUBRA BAJO TU ENVESTIDURA DOLOROSA INDIFERENTE Y ERECTA?
te espero..:)
puede que haya una oportunidad para que se alimente de su esencia. saluditos
espero pueda volver a ver esos ojos y compartir otra vez la mirada...sería genial.
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