lunes, enero 15

Me duele, más de lo que crees.
Me duele, más de lo que crees, saludarte con un gesto casual.
Me duele, más de lo que crees, darte la espalda, dar la espalda a lo que fue.

Me duele lo que no ocurrió.
Me duele que no te impongas, que no me frenes.
Me duele que no te importe que te ignore.

Me duele que mis ilusiones y mis ojos estén mirando hacia otra parte y tú no hagas nada.


Me duele que no me estalle el corazón. Me duele mirarte a escondidas. Me duele decírtelo de esta forma. Me duele que ya no soy esa niña, esa duende, ni una flor, ni un trozo de pan, ni esa cara de idiota.
Me duele haber perdido, irónicamente, todo en un momento.
Me duele que aparecieras en mi vida hace relativamente NADA y que aún hoy me sigas doliendo.
Que sepas, si pasas por aquí, que tengo que hacer un esfuerzo por no pedirte ese abrazo que nunca me dístes.
Me duele no poder sonreír, no poder llorar cuando te veo. No poder sonreírte ni llorarte. Me duele seguir siendo vulnerable ante tu persona y más me duele la frialdad con la que trato.
IDIOTA.
Me duele seguir viéndote. Me duele tu pelo moreno, y tus ojos de pícaro.
Me duele necesitar escribirlo, necesitar recrearlo.
No soy luchadora ni soy tu camino.
Me duele soñar con un futuro sin tí, me duele recordar un pasado contigo.
¿quién perdió ese tren?
Me duele no saber adivinarte, ni esforzarme en intentarlo.
Me duele no haberte arrancado ese anillo al que dabas vueltas, me duele no haberme impuesto al destino.

Me duele haber sido y ser más ilusa que nunca.

Me duele que esta carta no sea respondida ni siquiera con un correo.

POR SI ACASO TE MARCHABAS YA...





Cuando supe que otra vez íba a volver a verte pensé mucho, y me puse nerviosa, no sabía si íba a poder controlar la situación . Y ese es el problema, que me sé y puedo controlar más de lo que yo misma quisiera, que te enterré como el que entierra las raíces en la tierra. Que no soñé con un encuentro cálido, que no soñé con una charla casual, que no soñé que te empezaras a preocupar por mí, que me preguntaras un día de sol si era feliz, que me prometieras que TODO había pasado, que me cogieras la mano y me dijeras, aquí estoy, no he estado pero aquí estoy, y no voy a volverte a dejar sóla, que voy a estar ahí, que todo sigue bien...
I`M ONLY HAPPY IN THE SUN.

Me pregunto qué extraño mecanismo mental me hace volver a reproducir una y otra vez una canción pasada y escribir esta parrafada en un blog colectivo de relatos...

Muy mal, en este tiempo tú has sido y fuístes lo de menos, en este tiempo tuve que luchar con uñas y dientes por no arrojarme al vacío. Por no tirarme por un balcón un día de lágrimas. Quizás pienses que exagero, pero no, ojalá, ojalá todo hubiera sido una fábula.

Por eso debes comprender que me tengo que proteger. Que no puede ser de otra forma, que pensar que, quizás, no existe mañana, te hace, quieras o no quieras, de hierro y de goma. Más frágil y más fuerte, diferente.

Mientras...algunas noches sueño contigo. Y me duele.

6 Comentarios:

Blogger El Bosco dice...

Betty, preciosa, siempre me identifico con tus post.Parece que, de algún modo, me adivinas lo que me pasa o que vives en tierra-2 y nos pasan cosas simétricas. Yo también me sentía así ayer, pero ya pasó.
besos y cuídate.

9:48 p. m.  
Blogger cintya dice...

a veces el dolor es mas fuerte que uno...
saluditos y que no te duela mas

1:42 p. m.  
Blogger Jok dice...

El instinto siempre gana.


Omite la calma mientras sientes como planea sobre ti a ras de piel. Nunca duerme ni se esconde. No vacila ni titubea. Embalsama tu alma. Aletarga tu laxitud. Te mantiene despierto, alerta, arrincona tu sueño. Consigue que te muevas al ritmo de su melodía. Aunque te niegues acaba estirando de ti.

El instinto siempre gana.



Te ves inacabado, incompleto, a medio hacer. Tu búsqueda te enloquece. Te rompe por dentro, mientras no acabas de entender que te sucede. Tu mente lucha ante la hipnosis, intenta racionalizar la situación pero apenas puedes concentrarte.

El instinto siempre gana.



Mientras tu mente ensaya mil situaciones, mil escenarios ficticios, mil conversaciones inventadas, la negación siempre te amartilla. Hablas contigo, hablas con los dioses, hablas con fantasmas, ya no sabes con quien hablar.

El instinto siempre gana.



Mil iconos te acompañan. Cada acontecimiento, cada casualidad, hasta el más pequeño suceso casual, te revela una señal, una respuesta, un guiño de la providencia. Esperanza vacía, que nunca acaba revirtiendo en tu oscuridad como un haz guía.

El instinto siempre gana.



Y en tu paisaje lunar, Sientes como tus brazos sujetan la única roca que existe. Descomunal, monstruosa, atroz.

El instinto siempre gana.

Al final admites la evidencia, te rindes y te subyugas a la realidad. Tu mente no es rival. Con la fueraza de mil caballos, la hegemonía que rige tu destino aplasta la razón, al igual que la rueda de molino reduce a polvo el trigo

El instinto siempre gana.

10:02 p. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Sin duda, uno de los relatos más ciertos y comunes que puedan haber, y es que así es la triste realidad... cuando una relación se rompe, siempre habrá uno que se quede recluído en su castillo soledad aferrándose infelizmente a la más mínima espereranza. Y lo más triste de todo es que en la mayoría de los casos ese príncipe nunca volverá a por ti.
Enhorabuena por escribir de la manera en que lo haces, pues consigues que nos sintamos identificados contigo.
Un beso desde mi castillo.

11:16 p. m.  
Blogger bettyylavida dice...

gracias, este post lo escribí hace algún tiempo, ya el dolor pasó a...indiferencia, de la indiferencia pasó a la mofa...

6:37 p. m.  
Anonymous Anónimo dice...

gracias...

3:36 p. m.  

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