martes, octubre 24


Hace tiempo que no disfrutaba de sentarme frente a la máquina y escribir tanto y tan poco a la vez, parecería que dijera cosas contrarias porque escribo todos los días y me apasiona hacerlo, pero escribir por escribir, sin un tema en especial es lo mejor que le puede pasar a alguien que hace de este arte un forma de vida. Los que escriben, y en ello me incluyo, construimos mundos y le damos significado a ese espacio por el que pasamos, no se si bien, no se si mal, pero algo hacemos con las cosas que se presentan a nuestro paso. Las heridas y las alegrías, todo confabula para que tu camino sea diferente al de los demás, eso es algo fascinante si descubrimos que gracias a ello nunca podremos dejar de leer cosas porque siempre habrán textos nuevos. Inmerso en las inspiraciones del camino, recordando las caminatas por la feria de libros de Jirón amazonas, oliendo las pastas de cada edición, comiendo el ceviche en el mercado, saludando a mis amigos que nada tiene que ver con lo que escribo pero que los escribo, me hago sol dentro de este camino de las letras, que perfecciona la realidad y sosiega el alma por un instante. Nadie podrá robar mis ideas como yo no podré robar la de otros, es este instante único e indivisible, complicado y maravilloso, donde congenian las formas y las realidades en unas letras. Hoy, decidí escribir lo que me vino a la mente y ni el sanguche especial de la mañana ni el silencio del libro que paso por mi mente hace un rato, podrán darle lógica a las ideas que se traducen en cada letra que escribo. Mañana emprenderé nuevamente mi camino de las letras con horarios y objetivos, es decir, mañana el mundo volverá a ser una caricatura más de lo que me pasa por la mente. Sólo eso por hoy. Creo que hoy estoy más feliz que nunca de volver a escribir en esta pecera.
Un gran saludo a todos,
Joan Manuel...los espero en mi blog

martes, octubre 3

3 de octubre... 3 de octubre... no puedo olvidarlo... 3 de octubre... ¿qué día era? ¡3 de octubre!

Cada año la misma canción y al llegar a casa la misma cara... ¡se me olvidó! Miradas de resignación, suspiros al viento y la eterna pregunta... ¿no te has acordado?... Recuerdos... 365 días llenos de ellos... de los pestañeos de tu risa, de tu silueta en mis brazos, del eco de tu nombre, de tu cabeza en mi hombro...

Y sin embargo cada año... el mismo día... ese día... en ese instante en el que me enseñaste que el mundo podía ser diferente, en el que aprendí el significado de tu mirada... ese día en el que me perdí en tus pupilas... esa noche de insomnio compartida... ese momento que me dejo sin aliento... en ese día...

Debería acordarme... lo sé... pero siempre que llega el momento...¡3 de octubre!