miércoles, junio 28

"Algo más que una manta".

Cuando estoy muy nerviosa... cojo la aguja y me pongo a tejer.
También le dedico tiempo cuando estoy contenta, cuando estoy pensativa, cuando estoy triste... Pero, sobre todo, cuando estoy nerviosa. Me relaja mucho, sea cual sea mi estado de ánimo.
La voy haciendo, esta manta, cuadro a cuadro. Se llama ganchillo. Puede que el nombre de tal labor suene a "abuela". Yo misma sonrío y bromeo con ello a menudo.
Es de vivos colores, porque mi hija se merece tonos alegres en su vida y esta manta es para ella. No me importa si llevo casi un año haciéndosela, a ratos, a días... Me importa el valor de lo que le dejo. Algo que no se compra, que no se vende. Porque, señoras, señores, que no les tomen nunca el pelo... No se compra todo con dinero en esta vida. No.
Quiero dejarle a mi hija Vida, con mayúsculas. Quiero que un día, cuando tenga la capacidad de hacerlo, se emocione al taparse con esta manta y darse cuenta de todo lo que encierra: a mí. Y todo el amor que siento por ella.
Si he sonreído, le he colado sonrisas entre los hilos.
Si he pensado, le he trenzado pensamientos. Miles. Tantos que no podrían terminar de contarse nunca...
Si he llorado, se han mezclado las lágrimas con el hilo y en la manta se han quedado impresas.
Y cuando acabo un cuadro más y lo uno al resto... siempre sonrío. Sonrío, sintiendo lo mucho que la quiero. Sonrío pensando que un día, si tiene frío, si me necesita y no estoy por alguna razón... tendrá todos y cada uno de mis sentimientos para abrigarse con ellos.



*** Queridos Peces y posibles visitantes, perdonad si no os contesto, pero estoy en plena mudanza y esto de los blogs se queda en suspenso para mí por un tiempo indefinido. No sé cuando vuelvo... Deciros que ha sido un placer compartir agua con vosotros y leeros. Un beso a todos. Cuídense y disfruten de la vida.

martes, junio 27

La Luna Y Yo

Son las dos y trenta y seis de la madrugada,

Luna estás ahí fuera, pero no te veo...

sólo veo la luz de una farola rojiamarilla.

Estás ahí fuera y te escondes detrás

de una capa gris, que por decir la verdad es negra,

no, azul, porque pintas las nubes con tu luz.

Me gustaría que lloraras Luna...te puedo, si quieres,

cantar algo para que te emociones y me regales

lágrimas sin colores, para que se me pasen las pasiones.

No quiero sorpresas Luna esta noche,

sólo que te duermas conmigo y no me reproches

si no te doy como debería las buenas noches.

Dentro de unas horas sacaré el sol del horno,

para que podamos desayunar e irnos a soñar,

revolcarnos en el cielo, tras el pasaje de una u otra

estrella fugaz, y mañana otra vez, por la noche

volvernos a despertar.





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PD: y también un poco de musica a tema Luna la versión cantada por Chavela Vargas que también me recuerda a un amor de hace unos años...

LUZ DE LUNA

yo quiero luz de luna
para mi noche triste,
para sentir divina
la ilusión que me trajiste.

Para sentirte mía,
mía tú, como ninguna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna,

Yo siento tus amarras
como garfios, como garras
que me ahogan en la playa
de la farra y el dolor.

Si llevo tus cadenas a rastras
en mi noche callada,
que sea plenilunada,
azul como ninguna.

Pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna,

Si ya no vuelves nunca
provincianita mía,
a mi selva querida
que está triste y está fria.

Al menos tu recuerdo
ponga luz sobre mi bruma,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna.

miércoles, junio 21

ver un calendario en la pared es como coger una cebolla, llena de esas capas q en los guisos saben tan bien pero q hacen llorar como las magdalenas (y aquí me pregunto yo "pq se llora como una magdalena?", supongo q será por la magdalena bíblica).

un calendario es la vida q nos queda por vivir o la q hemos pasado (y reposa amarilla en un rincón de cualquier desván) y, por lo tanto, las capas q más tarde o más temprano nos pondremos por montera para poder soportar lo q no viene bueno. otras veces, la cebolla se carameliza, pq lo q nos ocurre es tan dulce como el almíbar. hay q reconocer q es bastante versátil la portadora de tantos sabores.

tengo una agenda, en la cual suelo apuntar casi todo lo q me ocurre y los días en los q pasa algo importante. tengo un blog q es como un calendario emocional de lo q no puedo reprimir contar (hay cosas q no desvelo, pero todo se andará).

mi padre (mi mejor amigo, ya lo he dicho otras veces) siempre me pregunta (o me espeta) el q yo no tenga un diario en el q anotar todo lo q me pasa, pero lo q él no sabe es q muchas de las cosas q me pasan, además de escribirlas a diario, las leen personas q no conozco (ni conoceré nunca) y q igual les puede servir de algo en sus vidas.

no hay nada q me guste más q compartir mi calendario emocional (con esas capas q poco a poco van cayendo) con todos los q leen estas letras azules y, así, poder empatizar en el tiempo y en el espacio...virtual.

un beso desde el otro lado

lunes, junio 19

FEO


- Eres feo – dijo Ely mientras comía su helado
- ¿De verdad consideras eso?
- Claro, eres feo – dijo, luego cogió el barquillo y lamió el helado que ya se le estaba derramando – tu hermano por ejemplo, él si es guapo.
- ¿Y que consideras que es la belleza? – dije inclinando la cara y comiendo más despacio
- Los rasgos, los tuyos no son tan finos.

Me llevé el helado a la boca, mientras observaba las mesas del costado. Intentaba descubrir si alguien estaba escuchando esa conversación o si el volumen de su voz era alto para mi sensibilidad.
- ¿Te pasa algo? – me dijo
- No nada.
- No te sientas mal por lo que te he dicho, si eres feo eres feo, no puedes hacer otra cosa, tienes que aceptar nomás. Tu belleza esta en tu mirada, que da vida, pero de cara eres feo.
- Mi mirada, y de que me sirve mi mirada si dices que soy feo, así como tú cuantas chicas habrán que no se fijen en mí.
- Pero yo soy yo y las otras son las otras. Por ejemplo, tengo una prima que le gustan los feos. Su enamorado es moreno y gracioso y ella es gringa. Viven felices.
- Eso quiere decir que se consiguió su payaso
- No quise decir eso...
- Entonces, que me quieres dar a entender, que los feos tenemos que ser morenos y graciosos para estar con una chica bonita.
- Bueno, es que a veces se da así. Que quieres que te diga, que te mienta, si eres feo eres feo, se orgulloso de eso, quizás tus atributos sean otros y no esos, si no eres bonito que problema hay.

Ely me observó, dejó el barquillo que le había sobrado a un lado, se cogió la cara y me dijo:

- Además, tu eres femenino, es decir, hombre por dentro pero femenino por fuera,
- O sea que dices que aparte de ser feo soy maricón
- No dije eso, sólo parece, yo creo que tú te quiere levantar a todas.
- Y porque me lo das a entender entonces.
- Yo no soy, es mi mamá, el otro día cuando fuiste a mi casa me preguntó si eras gay
- ¿Y tú que le dijiste?
- Que no pues, que tú eres hombre…aunque cuando bailas…no sé.
- ¡dímelo!
- Bailas moviendo las caderas, muy femenino, es algo que te sale natural.
- Es porque soy artista y a veces me muevo así.
- Esta bien, pero cambiemos de tema porque no quiero hacerte daño.

Ely me miró y de inmediato cogió su celular, estaba pendiente de que su novio la llame, y yo, un poco ofuscado por la conversación me levanté y le dije.
- Creo que es mejor que nos vayamos.
- Si, creo que es lo mejor – me dijo también.

En el camino hacia su casa Ely me cogió del brazo. Avanzamos lentamente.
- No te amargaste verdad.
- ¿Tú que crees?
- Creo que si – se aferro más fuerte a mí brazo y me dijo – yo te considero mi mejor amigo y no te puedo mentir, en verdad te veo feo.
- ¿Y a mi hermano no verdad?.
- El es guapo.

Me vinieron muchas imágenes de pequeño, las veces en que peleaba con mi hermano y el me decía mounstruo. Siempre se creía el más guapo, tenía a las mejores chicas y yo, menos blanco y más gordito, lo observaba y no podía hacerle nada. El era unos años mayor que yo y sus palabras me dolían en el alma. Siempre me dijo que yo era feo y que no servía para nada. Palabras que se reforzaron en mi etapa escolar cuando me enfrentaba a los supuestos lindos de la clase. Once años estudiando en un colegio donde un grupo te quería marginar y la misma cantidad de años al costado de un hermano que lo único que hacía era bajarte la autoestima había hecho de mi aquella persona que no tenía valor para enfrentarme a una chica.. Pero ya todo había concluido y sentía que Ely era la llaga que revivía la herida.

- Porque lloras José, no te habrás sentido mal por lo que te he dicho.
- No Ely, es que siempre todo ha sido así, siempre la belleza, como si eso marcara el destino ¿Qué pasaría si mañana me hago una cirugía y cambio esta nariz de gancho por una respingada? ¿Qué pasaría si me vuelvo blanco y ya no soy moreno?, que pasaría si me hago la lipo y me quedo sin rollos ¿eso me va a hacer más bello? ¿a que belleza se refiere el mundo? ¿de que sirven los genes si la persona por dentro esta podrida?

Ely me observaba y me apretó más fuerte el brazo.

- Es que no siempre le vas a gustar a alguien y eso no lo cambia ni los genes ni la lipo ni nada.
- Pero que cambia tu autoestima, que cambia todo lo que te dicen - empecé a llorar más fuerte mientras caminábamos – de que sirve ser bello si no vales nada – levanté uno de mis brazos y me sequé los ojos rápidamente – en china la mujer es bella mientras más pequeño tenga el pie, todo es cultural, absolutamente todo.

Ely me miró y me acarició el cabello, ella era blanca, de ojos verdes, cabello castaño y un cuerpo agraciado. Fuimos avanzando, ya estábamos cerca de su casa, las calles estaban vacías y de vez en cuando pasaban algunos vecinos observándonos del brazo, ¿Qué hacía una chica tan linda del brazo de un feo? Seguro pensaban eso. Cuando llegamos a la puerta de su casa, Ely me soltó, me dio un beso en el cachete y me dijo.
- No te sientas mal por lo que te he dicho, para mi eres el feo más hermoso de todos.

La observe, asimilando en sus palabras mil años de angustia, de complejo y de estereotipo y no me quedó otra que, con los ojos hinchados, sonreírle y asentir con la cabeza. Era feo y mi hermano siempre tuvo razón.

Caminé hacia mi casa, con lágrimas aún en los ojos y no pensé en ningún momento en matarme ni nada por el estilo. Lo único que hice fue abrir la puerta de mi departamento, me acerqué al espejo y comprobé que aunque sea bonito para mí, para la sociedad era el hombre feo más amanerado de la historia y no podía contra los estereotipos de la gente.

Me alejé del espejo y me lancé en la cama, nunca más pensaría en acercarme a chicas bonitas, nunca más sería aquel galán que conquistaba con la mirada, nunca más sería aquel hombre interesante que yo pensé ser. A partir de mañana, como me lo habían dado a entender mil voces por medio de Ely, sería el hombre feo acoplado a la sociedad, el hombre feo, que no tiene más remedio que vivir para siempre con una fea, o quizás, si es que la sociedad lo permitía, ser ese payaso que hacía reír a alguna rubia despintada.

Para eso hemos nacido los feos, para eso nada más.

Joan Manuel Flórez Estrada

viernes, junio 16

YO SOY UNO MAS

Una mirada bastará
una palabra servirá,
para poner mi corazón en pie.
¡ aquí está !

No es mas rico
el que tiene mas
sino el que menos
ha de necesitar

y si tú tienes a alguién
junto a tí, rico serás.

miércoles, junio 14

UN JARDÍN


me adentré en él, suavemente al principio, sólo veía azucenas y jazmines, pero igualmente entré.

encontré una rosa y me clavé sus espinas, encontré una magnolia y me sequé la sangre ya seca, me senté, llovía , había barro, pero igualmente me senté con mi falda, ví la tumba, yo lloraba, pero me daba exactamente igual....

sonreí

domingo, junio 11

Ir hacia el Más Allá.

Todo fue tan sencillo. al principio no negaré que me asusté al sentir mi pecho aplastado por la fuerte presión del golpe contra el volante, y mi cabeza fría , húmeda, hormigueante...No fue exactamente dolor porque no me dolió en ningún momento, pero el estruendo del coche al hacerse trizas contra la barrera, ser zarandeado de un lado para otro como en un parque de atracciones fuera de control...eso si que me asustó, el ruido.
Después por unos instantes el mundo volvió a su quietud habitual, aunque yo estaba literalemente destrozado. No podía abrir los ojos, pero me llegaba el olor del campo, el aire frio y húmedo de las últimas horas de la tarde. Y un silencio absoluto.

Solo duró unos minutos. Me dormí muy deprisa, como cayendo hacia abajo dentro de mi mismo, y mientras caía se oían voces murmurando, no de un modo siniestro...más bien como las últimas conversaciones educadas en una sala de conciertos antes de que el director de sus golpecitos con la batuta. No podía comprender lo que decían, pero sonaban agradables, invitadoras, divertidas... Ángeles civilizados, vestidos de gala.

Por unos instantes abrí los ojos y estaba en la cama del hospital, inmovilizado. La habitación apenas estaba iluminada por una luz cálida y amortiguada...me recordó a la de los aviones, cuando se supone que la gente debe dormir y las azafatas no deben caerse al suelo en la oscuridad. Pensé que quería volver a dormirme, y me disponía a ello, cuando oí el maullido inequivoco de Grendel. Cada gato tiene un maullido característico. Por supuesto pueden parecerse unos a otros, consideré la posibilidad de estar equivocado por unos instantes. Pero no, era mi Grendel. Hacía años que no nos veíamos. Lo encontré muerto en la cocina, era muy viejo. Estaba al lado del grifo. Siempre esperaba ahí cuando tenía sed: se lo abría un poco y el lamía las gotas. Allí se murió.

Enseguida noté la suave presión de sus patas sobre la manta. Se puso muy pegado a mi costado, ronroneante.Yo estaba muy emocionado por volverle a ver...también sabía por qué estaba allí, y me alegré que fuera él quien viniera a buscarme.Mi Grendel. Al poco volvió a maullar y me levanté con facilidad. Salimos de la habitación uno junto a otro; no me apetecía mirar hacia atrás y ver lo que quedaba encima de la cama, además, eso ya no era importante.
Pero miré hacia abajo, eso sí, y Grendel miró hacia arriba. "¿Vamos?" preguntó de alguna forma. "Vamos".

viernes, junio 9


ÚSAME

Cuando llegue la luz, abre mis ojos,
recórreme otra vez con tu silencio
y no me digas nada.
No quiero ya saber de tus recuerdos,
de tu amor por el mar y por la noche,
no quiero que me encuentren las estrellas
recordando tu voz.
Sólo tus manos cálidas, tus dedos silenciosos,
tus besos apagados por el mar del deseo,
y que llegue de nuevo la mañana
cuando tu ya no estés para mirarme.
Cuando llegue la luz, cierra mis ojos,
no quiero ver la sed de tu mirada,
ni la disculpa ciega de tu pecho.
Necesito pensar que es necesario
usar , de vez en cuando, un cuerpo.
Y olvidarnos.

miércoles, junio 7

Nosotros mismos.
.
Pensé en uno que, con diferentes llaves, podía llegarse a diferentes destinos... en diferentes momentos.

Pensé en un anillo sin fondo.

Pero, en realidad somos todos...
.......................................... en diferentes momentos.

Cada cual tiene sus rincones.
Cada uno descubre diferentes rincones en el otro.


Nosotros somos un baúl...
.................................. un baúl de mil pasados (algunos secretos, íntimos),

.................................. un baúl de mil futuros (muchos desados, pocos alcanzados);
.................................. un baúl, que a cada abrir, es un presente (y el presente... ES).

lunes, junio 5

El dedo





Me dolía la muñeca. Me había hecho el nudo demasiado fuerte y la postura no me dejaba aflojarlo. También me dolía el tobillo izquierdo, pero eso era porque el cinturón que estaba usando tenía los bordes de cuero rígido. Oí sus pasos por la escalera, cómo cerraba la puerta y cómo colgaba la chaqueta en el perchero del recibidor. Mi respiración era cada vez más agitada. Me di cuenta justo entonces de que todavía podía intuir alguna forma a través del pañuelo que tapaba mis ojos. Pero no quería abrirlos. No quería ver nada.

Carraspeó mientras se acercaba al dormitorio. Y eso que le hice prometer que no escucharía su voz. Pero carraspeó. Y eso me puso a cien. A mil. Sentí cómo su mirada recorría mi cuerpo mientras se desnudaba al lado de mi cama. Me llegó su olor: el de su ropa recién lavada y el de su cuerpo medio sudado. Oí cómo dejaba la ropa encima del sillón. Y cómo se descalzaba.

Se acercó.

Mucho.

Su cara se puso a pocos milímetros de mi boca, que respiraba más agitada que nunca. Yo parecía un caballo desbocado, lleno de miedo y excitación, de morbo y pánico. Su olor me enloquecía. Su aliento era cálido, con trazos de alcohol. Quería que me comiera la boca. Quería sentir su cuerpo. Pero sabía que no podía tocarme. Que no debía besarme. Todo eso había quedado claro en el chat.

Abrió el bote del que ya le había advertido, y que yo cuidadosamente había dejado a los pies de la cama. Se me erizó el vello de todo el cuerpo. Empezó por la cara. Se untó el dedo índice de la mano derecha y recorrió todo mi cuerpo con trazos seguros, lentos, mientras me arqueaba y retorcía bajo su contacto. Era un dedo fuerte, ancho, que sabía moverse bien entre mis pezones, mis ingles, mi ombligo, mi sexo, mis pies... Se saltó un par de veces las normas. Pero no me importó. Las normas están para eso, para marcar un camino pero nunca para limitar el placer. Y el hombre del dedo fuerte y cálido supo cómo dármelo en el momento adecuado, cuando mi muñeca derecha estaba ya a punto de separarse del resto de mí.

Oí cómo se lavaba las manos, cómo cogía la polaroid.
Click.
El mismo dedo que le dio al botón fue el que luego se acercó a mis labios y los selló con un beso impreso en su yema. Me desató la muñeca derecha, se vistió y se fue.

Esta vez la frase que recorría mi cuerpo era de un poeta inglés. Siempre les dejo libertad para que escojan el texto. Debo reconocer que hasta la grafía era sexy. Y el color, como siempre, el azul turquesa.



El mismo color que usaba el amigo de mi padre cuando de pequeño me enseñaba cómo se escribían las partes de mi cuerpo.

Con su dedo.

En mi piel.

viernes, junio 2

Un esmegma inesperado

Tiene una concentración en sangre inusitadamente alta de una escleroproteína (conquiolina) y de carbonatos cálcicos, que su organismo es incapaz de metabolizar, aunque ha sabido adaptarse a esa circunstancia, esquivando los riñones en el proceso de eliminación, y descargando ese excedente, de forma directa, valiéndose de algunas de sus glándulas exocrinas externas. Así su sudor posee una tonalidad nacarada, que comunica a su piel interesantes (y ondulantes) matices tornasolados, que le hacen parecer un ser procedente de alguna extraña galaxia…

Al retirar con mis labios delicadamente el capuchón de su glande, mi boca se llena de esmegma, en forma de duras bolitas, que provocan sensaciones inesperadas y distintas en mi lengua y en mi paladar (la mamada estimula y excita su polla hasta lo indecible)… y, cuando, entre gemidos, se corre en mi boca, escupo sobre su pecho… y los dos admiramos, en el charquito lechoso, los destellos brillantes producidos por centenares de pequeñas perlas.

jueves, junio 1

La vaca

Cuando llegue a mi casa y encontré a la vaca sentada en el mueble, supe que algo extraño sucedería. Respire hondo y sólo atine a retrocer chocandome con los adornos, pero fue demasiado tarde... la vaca ya se abalanzaba sobre mi...

(completa el final de la historia)